La Catedral de Oviedo, es, por su belleza y complejidad arquitectónica, por sus delicados ornamentos y por las reliquias que alberga, una de las principales catedrales de Asturias, de España y de Europa.
El edificio originario fue una basílica edificada por el rey Fruela, sobre la que fue construida otra, prerrománica por orden de Alfonso II el Casto a comienzos del siglo IX, consagrada a San Salvador, de la que se conservan la Torre Románica y la Cámara Santa. Posteriores ampliaciones la transformaron en el templo gótico que hoy conocemos en el siglo XVI, al que se añadieron nuevas edificaciones en los siguientes dos siglos. Este proceso la convierte en una muestra de estilos que abarcan desde la Alta Edad Media hasta nuestros días.
Es un edificio rotundo, de planta de cruz en cuyo exterior destaca la fachada, con pórtico exquisitamente decorado y las dos torres de distintas épocas y facturas. El pórtico acoge las tres entradas principales al templo (tiene siete), de distintos tamaños, la más importante por tamaño y estética es la central.
Pero el elemento que más llama la atención es la torre gótica de la fachada, se eleva 80 metros, de planta cuadrada y con pináculos en sus esquinas, desdibujando su forma original. Tiene cinco alturas, las cuatro primeras son góticas, pero la última es renacentista y distinta a todo el resto de la fachada. El proyecto incluía una torre gemela que no llegó a construirse por falta de presupuesto. Es el orgullo de los ovetenses y está considerada como una de las más estilizadas de España por su remate de aguja calada.
Una curiosidad es que una de las campanas del la torre, pasa por ser la más antigua de España, fechada en 1219. Se construyó originalmente para la torre románica, pero ahora está instalada en la gótica. La otra torre es mucho más antigua y una obra maestra de inicios del románico
Son muy llamativas las vidrieras, pero no son antiguas, desgraciadamente, las originales fueron destruidas durante la guerra civil, por lo que las actuales son una reproducción moderna. Las más espectaculares son las del ábside que ocupan 2 estilizados huecos ojivales. De los 3 rosetones existentes, solo el de la pared norte del crucero es original aunque restaurado.
Marga G.-Chas Ocaña
